Aunque el tema de las
criptomonedas se hizo notorio en la segunda mitad de 2017, cuando bitcoin alcanzó una cotización cercana
a los $20.000, esta moneda digital surgió en 2009, como una iniciativa para la
transferencia de activos digitales de forma descentralizada, es decir, que no
dependiera de terceros de confianza como los bancos.
Bitcoin, fue la primera criptomoneda, fue producto de varios años de evolución
y perfeccionamiento puliendo
las técnicas criptográficas, por una parte, y del diseño de una tecnología para
desplegar una red entre pares, descentralizada, denominada también de punto a
punto, o de “par a par”, que sirve de soporte y garantiza la seguridad en el
manejo de los bitcoins (bitcoin con minúscula se refiere a la criptomoneda en
sí; con mayúscula, a toda la tecnología que sustenta a la criptomoneda).
El hecho de usar
técnicas criptográficas fue clave para el uso ya generalizado del nombre
“cripto-moneda”, que designa a estas monedas digitales, aunque también se usa
el término “criptoactivos”, que incluye a las criptomonedas y otros activos
digitales como los tokens,
una
criptomoneda es “un activo digital diseñado para ser un medio de intercambio, que
usa criptografía para hacer seguras las transacciones financieras, controlar la
creación de unidades adicionales y verificar la transferencia de los activos”.
En el Glosario de
CriptoNoticias se precisa que una criptomoneda es “…una moneda basada
exclusivamente en la criptografía. A diferencia de las monedas emitidas por
gobiernos y bancos centrales, se genera con la resolución de problemas
matemáticos basados en criptografía”.
En cuanto al contexto
del surgimiento de las criptomonedas, no es casual que la publicación en la que
se define Bitcoin, ocurra en 2008, cuando estalla una crisis bancaria mundial y
los gobiernos acudieron en auxilio de los bancos. Si bien no se indicaba de
manera expresa, esa definición de una moneda descentralizada representaba el
nacimiento de un nuevo tipo de activos.
ORO DIGITAL
Bitcoin ha sido
calificado de “oro digital” o como el “dinero del futuro”, lo cual puede
suscitar polémicas, pues hay también detractores de bitcoin que lo acusan de
ser “una burbuja” o “un esquema Ponzi”, entre otros epítetos.
Como bitcoin fue
concebido desde sus inicios para que fuera un activo escaso -no en vano a la
obtención de bitcoin se le denomina minería– y además se estipuló que solo se
producirán 21 millones de bitcoins, esta criptomoneda pionera se considera
deflacionaria o anti-inflacionaria.
En parte por esos
factores, bitcoin adquirió un valor más allá del pequeño grupo de impulsores,
lo cual permitió crear un dinámico mercado de compra venta desde 2013, y al
mismo tiempo comenzaron a surgir más criptomonedas, como ether, litecoin, dash,
entre otras; activos pertenecientes a proyectos que copiaron el código abierto
de Bitcoin y a partir de allí fueron desarrollados.
2017 fue el año de
mayor crecimiento de bitcoin y del mercado total, al punto de que en uno de los
sitios más conocidos que hace seguimiento al mercado de criptomonedas,
CoinMarketCap.com, aparecen listadas 1.944 criptomonedas y tokens.
Entre abril de 2013 y
junio de 2018, los bitcoins minados pasaron de 11 millones a 17,2 millones, el
precio de bitcoin se multiplicó por 50 y el valor total del mercado se
multiplicó por 80. Hoy día
existen más de mil criptomonedas en el
mercado sin contar las muchas que están en periodo de lanzamiento (tokens).
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